¡Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios!

 

 

 

 

“Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio. Era, según se creía, hijo de José, hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Janay, hijo de José, hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semeín, hijo de Josec, hijo de Judá, hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Nerí, hijo de Melquí, hijo de Addí, hijo de Cosam, hijo de Elmadam, hijo de Er, hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliacim, hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matatá, hijo de Natán, hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón, hijo de Aminadab, hijo de Admin, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Reu, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala, hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.”
(Lucas 3:23b–38)

 

Al meditar en este pasaje, recibimos varias enseñanzas importantes:

(1)

Este pasaje contiene la genealogía de Jesús, escrita por Lucas.
El registro comienza con la frase: “Jesús era, según se creía, hijo de José” (v. 23),
y termina con “hijo de Dios” (v. 38).

(a) De esta manera, Lucas enlaza la genealogía de Jesús hasta Dios mismo,
demostrando que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios (Hokma).

(i) Al reflexionar sobre este hecho, recordamos lo que ya meditamos en Lucas 3:22:

“Y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma,
y vino una voz del cielo que decía:
‘Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.’”

Resumiendo estos pasajes, podemos afirmar:
¡Jesús es el Hijo amado del Dios Altísimo, en quien Él se complace!

(b) Lucas conecta finalmente la genealogía de Jesús hasta Dios,
y entre los muchos nombres registrados entre Jesús y Dios,
el nombre “David” (v. 31) nos hace recordar
el pasaje de Lucas 1:31–33, que ya hemos meditado.

(i) Probablemente porque el ángel Gabriel apareció
a la virgen María, que estaba comprometida con José,
“descendiente de David” (v. 27, Versión Moderna),
y le anunció que su hijo sería llamado
“el Hijo del Altísimo.”

“Concebirás y darás a luz un hijo,
y le pondrás por nombre Jesús.
Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo.
El Señor Dios le dará el trono de su padre David,
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre;
y su reino no tendrá fin.”
(Lucas 1:31–33, Versión Moderna)

Así, el hecho de que David aparezca entre los antepasados de Jesús
nos recuerda lo que el apóstol Pablo escribió a la iglesia de Roma:

“Este evangelio había sido prometido por Dios
por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras.
Se trata de su Hijo, que según la carne
era descendiente de David.”
(Romanos 1:2–3, Versión Moderna)

Y también:

“Acuérdate de Jesucristo,
descendiente de David,
resucitado de entre los muertos,
conforme a mi evangelio.”
(2 Timoteo 2:8, Versión Moderna)

En conclusión:
Por medio de la genealogía escrita por Lucas,
podemos confesar con plena certeza que —
**Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios,
el Amado en quien el Padre se complace,
el Hijo prometido de David cuyo reino no tendrá fin.