El Bautismo de Arrepentimiento y los Frutos Dignos de Arrepentimiento: ¿Por qué no estamos dando frutos dignos de arrepentimiento?

 

 

 

“Juan recorrió toda la región cercana al Jordán, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados. Como está escrito en el libro del profeta Isaías: ‘Voz del que clama en el desierto: “Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle será rellenado, y todo monte y collado será rebajado; lo torcido será enderezado, y lo áspero allanado; y toda carne verá la salvación de Dios.”’

Juan decía a las multitudes que venían para ser bautizadas por él: ‘¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.’ (Lucas 3:3–9).

Deseo recibir la enseñanza que el Señor me da al meditar en este pasaje.

 

(1)

Como la palabra de Dios vino a Juan, hijo del sacerdote Zacarías (Lc. 3:2), Juan “recorrió la región cercana al Jordán, proclamando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados” (v. 3).

(a)

Aquí, el “bautismo de arrepentimiento” que Juan proclamaba “para el perdón de los pecados” se refiere al acto de confesar los pecados pasados y cambiar la dirección de la vida con el fin de recibir perdón. Este era el bautismo de Juan como señal del perdón de los pecados, y se entendía como un acto simbólico para preparar la llegada del Mesías venidero. En otras palabras, significa arrepentirse para que los pecados sean lavados, comenzar una nueva vida y comprometerse a caminar en el camino correcto (Internet).

(i)

El sustantivo griego que significa “arrepentimiento,” metanoias (μετανοίας), y su forma verbal metanoeō (μετανοέω), significan “cambiar de mente” o “cambiar la manera de pensar” (Hoekmah; Internet).

• Esta palabra denota una reorientación del corazón y de la mente obrada por el Espíritu, que se manifiesta en una vida transformada. No se presenta como un mero cambio intelectual, ni como una obra humana que gane la salvación. Más bien, es el giro producido por Dios que acompaña la verdadera fe salvadora (This word, most often translated “repentance,” expresses a Spirit‐wrought reorientation of mind and heart that issues in a changed life...) (Internet).

– Al proclamar un “bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados” (Lc. 3:3; Mc. 1:4), Juan anunció el reino de Dios a Israel. Su demanda fue ética [“Producid frutos dignos de arrepentimiento” (Mt. 3:8)] y preparatoria, orientando los corazones hacia “el Cordero de Dios” revelado en Jesucristo (John the Baptist heralded the kingdom...) (Internet).

(ii)

Es interesante que Juan dijera a las multitudes que venían a ser bautizadas por él: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Lc. 3:7–8).

• La “multitud” de la que habla Lucas, Mateo la identifica como “muchos fariseos y saduceos” que venían al bautismo (Mt. 3:7–8): “Al ver que muchos fariseos y saduceos venían para ser bautizados, les dijo: ‘¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento’.” [Jesús también dijo: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos?... porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mt. 12:34), reprendiendo los corazones malos y la hipocresía exterior (véase Internet)].

– La frase “generación de víboras” es una advertencia que Juan usa para referirse a los malvados; no es un simple insulto, sino una reprensión dirigida a quienes distorsionan la voluntad de Dios y practican la maldad —personas que aparentan justicia por fuera pero están corrompidas por dentro—, exhortándolas al arrepentimiento (Internet).

 La naturaleza de los fariseos y saduceos era dañina y venenosa; fingían ser justos externamente, pero abrigaban pensamientos malignos. Por eso, Juan señaló su maldad y proclamó una advertencia, llamándolos a arrepentirse y a dar “frutos dignos de arrepentimiento” (Internet).

(iii)

En resumen, Juan recorría las regiones cercanas al Jordán proclamando un “bautismo de arrepentimiento” para el perdón de los pecados (Lc. 3:3). A los muchos fariseos y saduceos que venían para ser bautizados (Mt. 3:7), les dijo “¡Generación de víboras!” (Lc. 3:7) y luego les mandó “Producid frutos dignos de arrepentimiento” (v. 8).

Aquí comparo el “bautismo de arrepentimiento” y los “frutos dignos de arrepentimiento” (Internet):

Distinción Bautismo de Arrepentimiento Frutos Dignos de Arrepentimiento
Definición Acto simbólico que expresa el cambio del corazón y el arrepentimiento. Los cambios de conducta que fluyen de un corazón transformado.
Esencia Declaración de apartarse del pecado e iniciar una nueva vida. Actitudes y prácticas concretas: compartir, honestidad, dominio propio.
Momento El punto o motivo del arrepentimiento. El resultado producido por el arrepentimiento.
Ejemplo El bautismo de Juan que muestra el deseo de limpiar los pecados —un acto que indica la intención de arrepentirse. Compartir túnicas con quien no tiene, el recaudador que cobra con justicia, el soldado que no extorsiona—conductas concretas.

• El bautismo de arrepentimiento es el comienzo: el giro del corazón y la mente lejos del pecado. Los frutos dignos de arrepentimiento son los resultados prácticos en la vida que demuestran ese cambio interior. El bautismo simboliza el acto de avanzar hacia el arrepentimiento; el fruto es la evidencia visible de una transformación interior profunda producida por el arrepentimiento (Internet).

– Pero, ¿por qué los fariseos y saduceos —esa generación de víboras— no dieron frutos dignos de arrepentimiento? (Lc. 3:7–8; Mt. 3:7–8). La razón es que decían en su interior: “Tenemos a Abraham por padre” (Mt. 3:9). En otras palabras, confiaban en su linaje abrahámico y no podían abandonar su actitud de complacencia, creyendo que su salvación estaba asegurada; por eso no produjeron frutos dignos de arrepentimiento (Internet).

 ¿Será que hoy tampoco damos frutos dignos de arrepentimiento porque aún mantenemos una actitud de complacencia, pensando que nuestra salvación está garantizada simplemente por creer en Jesús?

(2)

El llamado que Dios dio a Juan [“El llamado es la convocatoria objetiva con la que Dios me llama” (Internet)] fue ser la voz que clama en el desierto para preparar la venida de Jesucristo y enderezar el camino del Señor (Lc. 3:4). Su misión [“La misión es la dedicación y decisión subjetiva en respuesta a ese llamado y su práctica concreta” (Internet)] fue proclamar el bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados (v. 3), administrarlo, anunciar el juicio inminente y dar testimonio de Jesús (Internet).

(a)

Por eso Juan proclamó: “Todo valle será rellenado, y todo monte y collado será rebajado; lo torcido será enderezado, y lo áspero allanado; y toda carne verá la salvación de Dios” (vv. 5–6).

(i)

Esta proclamación, como llamado a preparar el camino para la venida del Mesías (Cristo), significa que las personas deben corregir su corazón y su conducta para presentarse ante Dios. La imagen —“los valles serán rellenados,” “los montes rebajados,” “lo torcido enderezado,” y “los caminos ásperos allanados”— explica esto en términos metafóricos (Internet).

• “Todo valle será rellenado, todo monte y collado rebajado, lo torcido enderezado, y lo áspero allanado” (v. 5) expresa metafóricamente la necesidad de eliminar los obstáculos y pecados del corazón para recibir al Mesías: humillarse, enderezar lo torcido y allanar lo áspero. Hacer el camino llano simboliza arrepentirse y ordenar el corazón (Internet).

• “Y toda carne verá la salvación de Dios” (v. 6) promete que, cuando esta preparación se complete, todos verán la salvación de Dios (Internet).

– El mensaje de este pasaje es:

Prepararse para recibir al Mesías: Así como Juan preparó el camino para el Mesías, los creyentes deben preparar sus corazones y acercarse a Dios.
Arrepentimiento y cambio: Enderezar lo torcido y allanar lo áspero significa arrepentirse del pecado y cambiar la manera de vivir.
La salvación de Dios: Como resultado de esta preparación, todos experimentarán la salvación de Dios (Internet).

(b)

Juan también proclamó el juicio inminente, diciendo: “Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego” (v. 9).

(i)

Esta palabra es una advertencia del juicio de Dios contra quienes no se arrepienten. Así como un árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego, la persona que no cambia mediante el arrepentimiento no podrá escapar del juicio (Internet).