¡Solo es posible por el poder del Espíritu Santo!
“Su padre Zacarías, lleno del Espíritu Santo, profetizó, diciendo” (Lucas 1:67). Al meditar en esta palabra, deseo recibir la gracia que nos da:
(1) Cuando medito en la declaración de que “su padre Zacarías” (Lc. 1:67), es decir, el “padre” (v. 67, Biblia al día) del “niño” Juan el Bautista, “fue lleno del Espíritu Santo y profetizó” (v. 67), recuerdo también que la madre de Juan el Bautista y esposa de Zacarías, “Elisabet, llena del Espíritu Santo, exclamó a gran voz” (vv. 41–42) y habló a María, que la había visitado (v. 40, Biblia al día) (v. 42, Biblia al día).
(a) Lo interesante en Lucas 1 es que entre los relatos de los padres de Juan el Bautista que fueron llenos del Espíritu y hablaron (profetizaron), se encuentra el pasaje con las palabras de María, la madre de Jesús [las palabras de Elisabet (vv. 42–45), las palabras de María (vv. 46–55), y las palabras (profecía) de Zacarías (vv. 67–79)]. Y, sin embargo, nunca se dice que María fue “llena del Espíritu Santo.”
(i) A través de este hablar de Elisabet, llena del Espíritu Santo, y de la profecía de Zacarías, también lleno del Espíritu, nació Juan el Bautista. Pero aun antes de su nacimiento, el ángel Gabriel, enviado por Dios, dijo a su padre Zacarías que Juan “será lleno del Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre” (v. 15), y que “hará volver a muchos israelitas al Señor su Dios” (v. 16, Biblia al día).
· En conclusión, Dios hizo que los padres de Juan hablaran y profetizaran estando llenos del Espíritu Santo. A esta pareja anciana (Zacarías ya viejo y Elisabet de edad avanzada—v. 18, Biblia al día), Dios les dio un hijo, “Juan” (v. 13). Y este hijo, Juan, “estaba lleno del Espíritu Santo desde el vientre” (v. 15, Biblia al día).
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Al meditar en este hecho, surge en mí el deseo de que también mi esposa y yo seamos llenos del Espíritu Santo, y además, la oración de que nuestros hijos, como Juan el Bautista, puedan estar llenos del Espíritu desde ahora. Es decir, ruego que el Señor, al edificar nuestra familia (cf. Mt. 16:18), la establezca como un hogar lleno del Espíritu Santo.
 
(ii) Entonces, ¿por qué el evangelio de Lucas, al registrar que los padres de Juan el Bautista, Zacarías y Elisabet, fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron (profetizaron), no dice que la madre de Jesús, María, fuera “llena del Espíritu Santo”?
· Al hacerme esta pregunta, recordé las palabras del ángel Gabriel a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (v. 35a, Biblia al día); “porque para Dios nada es imposible” (v. 37) [Biblia al día: “No hay nada que Dios no pueda hacer”]; y también: “… la madre de Jesús, María, estaba comprometida con José, pero aún no se habían casado. Y se supo que había concebido por obra del Espíritu Santo” (Mt. 1:18, Biblia al día); y “… lo que en ella es concebido, del Espíritu Santo es” (v. 20, Biblia al día).
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Por eso el Credo Apostólico confiesa que Jesús “fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la Virgen María.” Esto significa que “Jesús fue concebido no mediante relaciones humanas, sino únicamente por el poder del Espíritu Santo. Esto afirma tanto la plena divinidad (su ser Dios) como la plena humanidad (su ser hombre) de Jesucristo. Es una declaración teológica fundamental que, mediante el nacimiento único de Jesús, muestra que Él es el Salvador que vence el pecado y la muerte” (Internet).
 
(iii) Al meditar en esto, recordé la segunda parte de Zacarías 4:6: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” El significado es que “no se trata de lo que puede lograrse con fuerza física, conocimiento o capacidad humana, sino que solamente es posible por el Espíritu de Dios, es decir, por el poder del Espíritu Santo. … Solo con la obra y la guía del Espíritu Santo pueden cumplirse incluso aquellas cosas que parecen imposibles” (Internet).
· “En su contexto, esta palabra fue dada a Zorobabel, quien debía reconstruir el templo en medio de dificultades después del regreso del exilio en Babilonia. Aunque hubiera obstáculos y dificultades humanas, con el Espíritu de Dios la gran obra de reconstruir el templo sería completada, dándole esperanza y valor” (Internet).
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“Además, esta palabra muestra que ninguna organización o institución fundada por la fuerza humana—ni siquiera la iglesia—puede ser verdaderamente establecida por la capacidad o el prestigio humano, sino que únicamente por el poder del Espíritu Santo puede recibir vida verdadera, crecer y llegar a su plenitud” (Internet).