El que guarda su alma = El que ama a su prójimo

 

 

 

"El que es bondadoso consigo mismo se beneficia, pero el cruel daña su propia alma." (Proverbios 11:17)

 

 

El que guarda su alma es el que tiene compasión o ama a los demás. Esta enseñanza continúa provocando pensamientos en mí. La frase "para guardar mi propia alma, debo tener compasión y amar a los demás" parece ser una de las verdades sorprendentes del cristianismo. La verdad de que vivir una vida altruista, amar a los demás, en realidad beneficia mi alma. Es por eso que entiendo un poco mejor cuando Pablo manda a los maridos que amen a sus esposas, diciendo que el que ama a su esposa está amando a sí mismo. Esto me hace pensar que, de la misma manera, cuando Jesús ama a la iglesia, está amando su propia alma, o a Él mismo. Este concepto me lleva a recordar lo que dice la primera carta de Juan, que Dios es amor.

Entonces, por el contrario, una vida egoísta, una vida que solo ama a uno mismo, puede considerarse como un acto de odio hacia nuestra propia alma, un daño a nuestra alma. Al final, creo que como cristianos, somos aquellos cuyas almas han sido renovadas para vivir una vida de amor hacia los demás. Ya no vivimos de manera egoísta, sino que tenemos la responsabilidad de proteger nuestra alma dentro de una vida altruista. Hoy, deseo continuar guardando mi alma amando a otras almas, con la gracia que se me ha dado.