La sabiduría que alegra nuestra alma
“Cuando la sabiduría entre en tu corazón, y el conocimiento sea agradable a tu alma…” (Proverbios 2:10).
¿Qué es lo que les da alegría en estos días? ¿Sienten alegría en su corazón en este momento? ¿Cómo está su alma? ¿Está su alma llena de gozo?
Hoy, en el versículo de Proverbios 2:10, la Biblia dice que “cuando la sabiduría entre en nuestro corazón, nuestra alma se alegrará”. ¿Qué es, pues, la sabiduría que puede alegrar nuestra alma? En el libro de Eclesiastés 7:11, vemos que uno de los beneficios que la sabiduría nos da es que nos proporciona una perspectiva eterna. Es decir, la sabiduría nos guía a vivir para lo eterno, y por eso la sabiduría es buena, útil y hermosa. En particular, como dijo el rey Salomón en Eclesiastés 3:11, Dios nos ha dado un corazón que anhela la eternidad, y es la sabiduría la que satisface ese deseo eterno. Por eso, la sabiduría es buena, útil y hermosa.
Cuando la sabiduría de Dios, que es buena, útil y hermosa, entra en nuestro corazón, adquirimos una perspectiva eterna y comenzamos a vivir para lo eterno. Participamos en la obra de salvación de las almas que Dios lleva a cabo para salvar a Su pueblo, aquellos que Él eligió desde antes de la fundación del mundo. De esta manera, Dios nos permite experimentar el gozo de nuestras almas. En particular, cuando Dios nos usa para proclamar con valentía el evangelio de Jesucristo, y las almas perdidas reciben a Jesús como su Salvador, experimentamos un gozo inmenso en nuestra alma.
El apóstol Pablo tenía ese gozo en su alma. Al predicar el evangelio de Jesucristo a las almas perdidas, Pablo trabajó incansablemente por la salvación de las almas, y se refirió a los creyentes de la iglesia de Filipos como “mi gozo y mi corona” (Filipenses 4:1). Pablo, quien se refería a los frutos de la salvación de las almas como “mi gozo y mi corona”, se alegró profundamente en su alma por Jesús, quien era su gozo, su vida y su esperanza (himno 82).
¿Realmente tenemos este gozo en nuestras almas, como lo tenía Pablo?