¡Alabad a Jehová!
[Salmo 135]
La semana pasada, durante la reunión de oración del miércoles, meditamos en el Salmo 134 bajo el tema "Alabad a Jehová". Recibimos el mensaje de que todos los fieles siervos de Dios, que viven una vida victoriosa con la ayuda fiel de Dios, deben alabar a Dios con una confesión de agradecimiento. Luego, durante la vigilia de oración de viernes a sábado, en nuestra reunión de oración de 1 noche y 2 días en mayo, meditamos en Nehemías 8 y vimos a Esdras y al pueblo de Israel alabando a Dios en medio del avivamiento que Él había traído a través de Su palabra. ¿Por qué alabaron a Dios? Porque el gran Dios, con Su gran poder, reconstruyó el muro de Jerusalén en solo 52 días, un gran milagro.
¿Qué lecciones nos enseñan estos versículos? Que debemos alabar a Dios, porque Él es digno de ser alabado. Nuestro Dios es digno de recibir alabanza. Cuando pensamos en la obra de salvación que Dios ha realizado en nuestras vidas, que está haciendo ahora y que seguirá haciendo, debemos alabarlo.
Hoy, en los versículos 1-3 del Salmo 135, el salmista nos dice cuatro veces: "Alabad a Jehová". ¿Por qué repite cuatro veces este mandato? La razón, según el versículo 3, es la siguiente: "Alabad a Jehová, porque Jehová es bueno, cantad a Su nombre, porque es agradable". El salmista comienza este salmo diciendo que debemos alabar a Dios porque Él es bueno. La lección que esto nos da es que debemos alabar a Dios debido a Su bondad. El salmista también dice que alabar a este buen Dios es una causa de alegría ("es agradable").
¿Realmente, como el salmista, estamos disfrutando la alegría de alabar a Dios por Su bondad? Aunque no entendamos todo lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, debemos confiar en que, debido a Su bondad, Él hará todo para bien. Debemos alabar a Dios con fe, sabiendo que Su bondad nunca falla.
Desde el versículo 4, el salmista explica de manera más específica las razones por las que debemos alabar a Dios. Él menciona cuatro razones principales (según Parker Yoonseon). Hoy meditaremos sobre estas cuatro razones. A través de estas razones, deseo que podamos comprender la bondad de Dios y experimentar la alegría de alabarlo.