Los que aman la iglesia prosperarán
[Salmo 122]
En uno de los libros escritos por Philip Yancey, titulado "Church: Why Bother?" (Iglesia, ¿por qué molestarse?), el autor menciona lo siguiente acerca de la comunidad dentro de la iglesia: "La base fundamental de la comunidad cristiana, es decir, el amor de Dios que nos reconcilia, trasciende todas las naciones, razas, clases, edades y géneros del mundo. La comunidad es lo primero. Los conflictos y problemas que nos dividen vienen después". La iglesia, como comunidad, está formada por personas diversas, pero como familia de Dios, debe buscar la unidad en medio de esa diversidad. "¡Cuán hermosa se vuelve la iglesia cuando, a pesar de ser diferente en todo, nos unimos como una comunidad porque lo que tenemos en común es lo mismo!" (Yancey). Personalmente, sueño con esta hermosa comunidad. Sueño con una iglesia que, en medio de la diversidad, no se divida, sino que fielmente preserve la unidad del Espíritu.
Hoy, al leer el versículo 6 del Salmo 122, vemos que el salmista David dice: "Ora por la paz de Jerusalén; prosperarán los que te amen". Aquí, "Jerusalén" simboliza a la iglesia (Park Yoon-sun). Es decir, aquellos que aman la iglesia serán prósperos. ¿Cómo actúan entonces los que aman la iglesia? Hoy, a partir de este pasaje, quiero aprender dos lecciones principales.
Primero, los que aman la iglesia se alegran de ir a la iglesia.
Miren el Salmo 122:1: "Cuando me dijeron: ‘Vamos a la casa de Jehová’, mis pies se alegraron". David se alegró cuando sus amigos le invitaron a ir a la casa de Jehová, es decir, al templo de Jerusalén. ¿Por qué se alegró?