El Sabio
[Salmo 119:97-104]
Hoy quiero compartir un artículo interesante que encontré en el Miju Gospel News. Se envió una encuesta a 3,338 pastores principales de iglesias coreanas en toda la región de América, y después de analizar las respuestas de 333 de ellos, el mayor desafío que mencionaron sobre el ministerio de inmigrantes fue el "conflicto entre los pastores y los feligreses" (21.35%). Me pregunto, ¿por qué el conflicto entre pastores y feligreses es el mayor desafío para los pastores como yo? Una de las razones podría ser que nosotros, los pastores, carecemos de habilidades para las relaciones interpersonales, para manejar problemas y resolver conflictos. Si reflexionamos sobre esto a la luz del pasaje de hoy, creo que la razón de estos conflictos es que, como pastores, no somos lo suficientemente sabios.
La palabra "sabiduría" (o entendimiento) se define en un diccionario bíblico como "relacionado con el conocimiento inteligente de la razón" (es decir, un conocimiento racional e intelectual). También se dice que "sabiduría" es "la práctica de un trato sabio y el uso de un buen sentido común práctico". Sin embargo, el problema radica en que la profecía de que "mi pueblo perecerá por falta de conocimiento" (Oseas 4:6) se está cumpliendo, ya que hemos abandonado el conocimiento de Dios. Para decirlo de una manera más detallada, los "sacerdotes", es decir, los pastores modernos como yo, hemos abandonado el conocimiento de Dios, y esto es la razón por la cual el pueblo de Dios perece. Al abandonar el conocimiento de Dios y buscar el conocimiento del mundo, hemos comenzado a mezclar los principios y métodos mundanos con los principios de la Palabra de Dios en nuestro ministerio. La raíz de esto es la falta de sabiduría, o más específicamente, la falta de entendimiento.
Nosotros, como pastores, que no utilizamos el sentido común práctico, corremos el riesgo de causar conflictos entre pastores y feligreses. Este es uno de los resultados de la falta de sabiduría.
En Jeremías 9:24, la Biblia dice lo siguiente: "Pero el que se gloríe, gloríese en esto: en entenderme y en conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque en estas cosas me complazco, dice Jehová."
Al leer este versículo, podemos entender que la sabiduría que a Dios le agrada se puede ver en dos aspectos: (1) conocer a Dios y (2) reconocer que Dios es el que hace misericordia, juicio y justicia en la tierra.
Con esta reflexión, espero que tanto los pastores como los creyentes podamos ser personas sabias que comprendan y vivan conforme al conocimiento y la justicia de Dios. A través de esta meditación, quisiera pensar en tres aspectos sobre quién es una persona sabia o qué cualidades tiene una persona sabia según el mensaje de hoy: