“Mi Alegría”

 

 

 

[Salmo 119:89-96]

 

 

¿Qué es lo que te da alegría? ¿Especialmente cuando estás en medio de la aflicción, qué es lo que te da alegría? En el Salmo 119:92, el salmista hace esta confesión: "Si tu ley no fuera mi delicia, ya habría perecido en mi aflicción." Hoy, basándome en esta palabra, quiero reflexionar bajo el título “Mi Alegría” sobre qué debemos alegrarnos, cómo debemos alegrarnos, y qué resulta de esa alegría. Que podamos experimentar la gracia de Dios mientras meditamos en estos puntos.

Primero, ¿qué es “mi alegría”?

La alegría del salmista era “la ley del Señor” (v. 92). Incluso en su aflicción, el salmista se deleitaba en la ley de Dios (v. 92). Por eso, él dice: “Nunca olvidaré tus mandamientos” (v. 93).

Segundo, ¿qué debemos hacer para deleitarnos en “la ley del Señor”?

  1. El salmista dice que debemos ‘pensar’ en la ley del Señor.

Miremos el Salmo 119:95: “Los impíos me acechan para destruirme, pero yo meditaré en tus testimonios.” Cuando los malvados acechaban para destruirlo, el salmista pensaba diligentemente en la ley del Señor. En otras palabras, cuando enfrentaba una crisis en su vida, meditaba con diligencia en la palabra de Dios. ¿Por qué lo hacía? Porque esa palabra “me da vida” (v. 93). Esta debe ser nuestra costumbre: en momentos de crisis, debemos cultivar el hábito de meditar aún más diligentemente en la palabra de Dios.

  1. El salmista dice que debemos ‘buscar’ la ley del Señor.

Miremos el Salmo 119:94: “Soy tuyo, sálvame, porque he buscado tus mandamientos.” El salmista, para deleitarse en la ley del Señor, la buscó. Y la razón por la cual la buscó es porque esperaba la salvación del Señor. El verdadero creyente pone su esperanza en la palabra de Dios, por lo que no la olvida ni deja de buscarla (vv. 93-94). En tiempos de sufrimiento, nuestra esperanza solo puede estar en el Señor. Solo podemos esperar en Su palabra durante la aflicción. Además, solo la palabra de Dios puede rescatarnos en medio del sufrimiento.

Finalmente, ¿cuál fue el resultado de pensar y buscar la ley del Señor?

El resultado de que el salmista pensara y buscara la ley del Señor puede entenderse en dos aspectos:

  1. El salmista, al pensar y buscar la ley del Señor, pudo ver cuán grande es el mandamiento del Señor.
    Miremos el versículo 96 de Salmo 119: “He visto que todo lo perfecto tiene fin, pero tu mandamiento es inmenso.” Al pensar y buscar la ley del Señor en su aflicción, el salmista experimentó el poder de la palabra de Dios transformando su vida. Por lo tanto, el sufrimiento se convierte en una excelente oportunidad para que nuestras almas se expandan con la vasta palabra del Señor.

  2. El salmista llegó a la conclusión de que la palabra del Señor está firmemente establecida en los cielos para siempre.
    Veamos el versículo 89 de Salmo 119: “Señor, tu palabra está firmemente establecida en los cielos para siempre.” El sufrimiento es solo temporal, pero la palabra de Dios es eterna. Con esa palabra eterna, Dios gobierna los cielos, la tierra y toda la creación. Al pensar y buscar la ley del Señor durante su aflicción, el salmista comprendió esta verdad.

Debemos deleitarnos en la palabra de Dios. La palabra de Dios debe ser “mi gozo”. Por lo tanto, debemos pensar diligentemente en la palabra de Dios. Especialmente cuando estemos enfrentando crisis, debemos pensar aún más en la palabra de Dios. ¿Por qué? Porque solo la palabra de Dios puede darnos vida. Además, debemos buscar la palabra de Dios. Especialmente en medio de tribulaciones y persecuciones, debemos buscar la palabra de Dios. ¿Por qué? Porque esperamos la salvación de Dios. Aquellos que anhelan ser rescatados por Dios deben buscar su palabra con todo el corazón. Como resultado, veremos que la palabra de Dios es inmensa. Experimentaremos la gracia de ensanchar nuestro corazón por el poder de la palabra de Dios. Y, al pensar y buscar la palabra de Dios, disfrutaremos de la gracia de estar firmemente establecidos sobre la palabra eterna de Dios.

 

 

 

Pensando en Jesús, quien es mi gozo, lo busqué...

 

 

Pastor James Kim
(Disfrutando de la meditación de la palabra)