Quien practica el Camino (la Palabra)

 

 

 

 

[Salmo 119:1-8]

 

 

El punto principal del pasaje del Salmo 119:1-8 es que quienes practican el Camino son bendecidos. En otras palabras, el texto de hoy dice que quienes guardan la ley de Dios son bendecidos (v.1). Así es, quienes obedecen la ley de Dios y son perfectos en sus actos son bendecidos (v.1). ¿Cómo se comportan estas personas bendecidas? El texto nos da dos maneras.

Primero, las personas bendecidas no hacen injusticia.
Mire la primera parte del versículo 3 del Salmo 119: “Ciertamente no hacen injusticia...”. ¿Cómo podemos no cometer injusticia? Debemos aprender juicios justos. Observe el versículo 7: “Cuando aprenda tus justos juicios, daré gracias con corazón recto.” Al aprender juicios justos, podemos distinguir claramente entre lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal. Así, quienes tienen juicio justo no practican la injusticia. Pero si carecemos de juicio justo, escogeremos el camino errado (el mal), y al elegir ese camino, nos contaminaremos a nosotros mismos. Entonces, inevitablemente, nos sentiremos avergonzados (v.6).

Segundo, las personas bendecidas guardan los mandamientos de Dios.
Mire el versículo 1 del Salmo 119: “Bienaventurados los perfectos en el camino, los que andan en la ley de Jehová.” Los bendecidos aprenden juicios justos por medio de la ley de Dios. Y con ese juicio justo escogen el camino correcto (el bien) y no escogen el camino equivocado (el mal). Quien aprende juicios justos nunca escoge caminos errados. Por eso no practican la injusticia. ¿Cómo aprendemos entonces juicios justos? Precisamente a través de la ley de Dios. Cuanto más aprendemos la ley de Dios, más desarrollamos juicio justo. Por eso tenemos la capacidad de distinguir claramente el bien y el mal, lo que podemos llamar discernimiento bíblico. Con este discernimiento, escogemos el bien y aborrecemos el mal, y nuestro corazón se vuelve recto. Y quien tiene un corazón recto nunca escogerá un camino injusto.

Debemos tener juicio justo mediante la Palabra de Dios. Y vivir escogiendo el bien y aborreciendo el mal con juicio justo. Es decir, no solo debemos aprender el Camino (la Palabra), sino que debemos ser quienes practican el Camino. No debemos ser solo oidores que se engañan a sí mismos (Santiago 1:22). Debemos ser diligentes en esto, es decir, obedecer diligentemente la Palabra de Dios (v.4). Nunca debemos ser diligentes en hacer injusticia (v.3). Por eso debemos orar a Dios (v.2). En otras palabras, debemos buscar a Dios con todo el corazón para obedecer Su Palabra (v.2). Y en la oración debemos practicar el Camino (la Palabra) de Dios.

Quienes practican la Palabra de Dios son bendecidos (v.2). No serán avergonzados (v.6). Y darán gracias al Señor (v.7).

 

 

 

Deseando que seas quien practica la Palabra de Dios,

 

 

Compartido por el Pastor James Kim
(Persiguiendo un corazón recto aun en la crisis de la integridad)